Historia psico II: "La 'pasión'(1) de Apolo"



Fig1: “Apolo y Dafne”, de Berini (1625), en Galleria Borghese  

El mito de Apolo y Dafne ha servido de inspiración a músicos, escritores, pintores, escultores... Y el lenguaje subyace a todas sus representaciones, incluso en la escultura el lenguaje de la imagen, la composición, la proximidad y las intenciones de las figuras representadas modelan en realidad esa idea de amor imposible o no correspondido y, son, en si mismas, portadoras del saber, igual que las palabras. 

¿Y es el proceso de creación del artista, ese esfuerzo por materializar sus pasiones y metamorfosearlas en poemas, canciones, esculturas o pinturas, un acto de amor en si mismo? ¿es una acción intencionada o involuntaria, una herramienta ordenada por la mente, una pasión?, ¿acaso no es también energía, el amor, para los que meditan? Como en la canción de Tom Jones, “el amor está en el aire, (...) es algo en lo que tengo que creer”. ¿Es, pues, el amor, un acto de fe? ¿O por sus manifestaciones en el cuerpo y su sintomatología, un síndrome observable? En caso de que así sea, ¿dónde se manifiesta este síndrome, en el corazón, en la cabeza? ¿Si tratamos el corazón podremos manipular el sentimiento a golpe de bisturí, o de Prozac? ¿Es el impacto, en el pecho, de la flecha de Cupido una solución al dilema del origen del amor? ¿El amor en el cuerpo y en la razón? ¿O es que “el corazón tiene razones que la razón no entiende (2)”? 

Si tomamos como punto de partida el método cartesiano en cuanto al debate sobre el dualismo mente-cuerpo, en contraste con el planteamiento wundtiano, Descartes, iniciador del racionalismo cartesiano (s. XVII-XVIII), es defensor de una teoría dualista- interaccionista entre cuerpo-alma, mientras que Wundt defiende una teoría dualista- paralelista mente-cuerpo. 

Volviendo a Descartes, con su teoría dualista-interaccionista, supone la certeza de que el ser humano se encuentra dividido, básicamente, en dos sustancias: cuerpo y alma. Se trata de sustancias completamente distintas, ya que el cuerpo es la sustancia que vincula al Hombre a La Tierra (y a lo material) y el alma, (a lo divino y a lo inmaterial). A pesar de esta gran diferencia, los componentes de esta dualidad, interactúan de manera armoniosa, y es que entre ambas hay una comunicación por medio de espíritus animales que conectan a ambas partes con la glándula pineal. Estos espíritus animales, que envían la información entre las dos partes generando vida, es lo que actualmente llamamos como fluido cerebroespinal.

Esta concepción, en el fondo mecanicista, queda desapercibida o encubierta hasta que pasa un siglo. Descartes se cuidó de no ser acusado de materialista ya que por aquel entonces Galileo presentaba su teoría Heliocéntrica, pero La Mattrie (1709-1751), monista (negaba la existencia de un alma independiente del cuerpo), para quien la psicología no era más que fisiología3, lo desenmascara por su concepción de los espíritus animales. Su teoría sobre la glándula pineal como centro “neurálgico”, de interacción entre las dos sustancias del Hombre, inclinan a pensar que intentó aproximarse también a la psicología fisiológica o con matices biologicistas, por eso de que una sustancia (los espíritus animales) nutrían al cuerpo y al alma, razón por la que lo tacharían de mecanicista un siglo después.

A su vez, Spinoza establece la dualidad mente-cuerpo pero, como en la teoría de Descartes, para él la conforman dos componentes de la misma realidad, dos partes que interaccionan entre si aunque jerarquizadas: la mente para Spinoza y el alma (las pasiones) para Descartes actúan por encima del cuerpo, que es considerado una mera carcasa o el ejecutor de las acciones, el intermediario entre el mundo interno y el externo, donde se encuentra el filtro (los sentidos) de las percepciones provenientes de los objetos físicos. Wundt, por el contrario, es defensor de una teoría dualista-paralelista (no dualista- interaccionista, como Descartes), dentro de la psicología vista desde la aproximación fisiológica. 

Es innegable asumir que hay “cierta” -nótese la ironía- magia en la teoría innatista de Platón, quien asumía que todos los hombres (y mujeres, que Platón era democrático) tienen sabiduría en el alma y que es, por medio del aprendizaje, que esa sabiduría emerge de ella para acabar brotando, a su vez, del cuerpo en la transmigración post- mortem, siendo la finalidad última el aprender a morir (aunque esto último no tiene nada de magia). O la perspectiva pitagoriana, por la que el alma se encuentra atrapada en el cuerpo y que, durante los sueños, este alma recibe de otra dimensión espiritual todo el conocimiento - como si de un cántaro se tratase -, y que, valga la redundancia, de la noche a la mañana, la persona aprende cosas nuevas hasta alcanzar la sabiduría completa que le es predestinada. Teorías innatistas, acusadas de un fuerte poder determinista (Hegermahn 2001). 

No obstante, Descartes, en los comienzos de la Edad Moderna (s. XVII) fue quien empezó a germinar el pensamiento racional basándose, fundamentalmente, en la refutación de cualquier conocimiento que no pudiera ser demostrado por medio de la razón, esto es, su pensamiento era contrario a las motivaciones mitológicas que promulgaban que los conocimientos se absorbían de fuera a dentro (perspectiva pitagoriana) o que salían a la luz de dentro a fuera (perspectiva platónica). De hecho, en su “Discurso del método”(4), deja constancia de la meticulosidad racional a la que sometía sus investigaciones. Para él, el camino a seguir para llegar al conocimiento era la razón, de ahí su “cogito ergo suum”, «pienso, por lo tanto existo» o «Je pense, donc je suis», en francés, tal y como se encontró en su Discurso del método (1637). 

En cuanto al papel de la voluntad que se deduce del texto y del pensamiento de Descartes, en relación a las posturas que plantea Hergenhahn (2001), el concepto de cuerpo -su funcionamiento-, al regirse por relaciones de causa-efecto ante los estímulos (estímulo-respuesta), está impregnado de determinismo. Y es que el alma (aun con voluntad propia, por las pasiones), rije sobre el cuerpo gracias a que los espíritus animales que -a su vez- nutren el alma, con la suficiente información como para dotar a ésta de voluntad para que ordene sobre el cuerpo. Hay un sistema mixto: una relación unidireccional de voluntad que va desde los espíritus animales al alma -determinista-; y del alma, al cuerpo -indeterminista-. Así, el alma es superior al cuerpo por medio de las pasiones, aunque se nutra, de forma determinista, de los espíritus animales.

El amor es tan escurridizo como Dafne, de ahí tanto interrogante; y la psicología, tan tenaz como Apolo por conseguir abarcarla y encorsetarla hasta las últimas consecuencias, algo característico de las Ciencias Naturales. Precisamente porque comparto la visión de Heráclito de su Teoría de flujo Universal (“no se puede bañar uno dos veces en el mismo río”), no considero que pueda alcanzarse toda esa verdad, ni mucho menos, desde el punto de vista del método experimental, como verdad estática. En todo caso, podríamos aproximarnos a ella, siendo la Verdad algo idealizado por nuestra perspectiva. Por otro lado, y en palabras de Kant, la Psicología “no puede ser una ciencia experimental porque en psicología, lo accesible a la observación interna no es modificable a voluntad. Lo que es más, otro sujeto pensante no se deja en absoluto someter de buen grado a nuestras experiencias; e incluso la observación de sí mismo altera ya el estado del sujeto observado.”(5) Esto es, algo se les escapa de su voluntad a los científicos, de nuevo, y que distancia a la psicología de la utilidad del método propio de Wundt y de los empiristas y mecanicistas. 

En segundo lugar, el lenguaje con el que los científicos refieren a los conceptos, hace de éstos conceptos susceptibles de ser interpretados y, por tanto, no ayuda a elaborar un corpus de conceptualizaciones estáticas sobre las que establecer unas directrices objetivas que puedan ser heredadas por otros científicos y, por tanto, favorecer una Ciencia unificada. Esto es, la importancia que tiene la univocidad del lenguaje en las ciencias naturales y su ausencia en la Psicología Científica. En palabras de J.L. Tizón (1978), "(...) toda disciplina científica tiene su propio lenguaje, crea sus propios conceptos y normas de comunicación interna. Pero en psicología y psiquiatría, el lenguaje pone al observador no iniciado e incluso al especialista en difíciles problemas: poligamia, neologismos, barbarismos, etc., abarrotan de tal modo el lenguaje de nuestras disciplinas que más que facilitar la comunicación no hacen sino dificultarla (...)"(6). 

En tercer lugar, ¿qué es, entonces, el amor? Es, precisamente, la falta de univocidad lo que hace de la Psicología una Ciencia fragmentada y no unificada, a diferencia de lo que ocurre en las Ciencias Naturales. Esto sucede por lo inabarcable del objeto de estudio, tan inabarcable que escapa de los límites de la experimentación, como es el caso. Sobre todo si se toma como punto de partida que la cultura no es una circunstancia estática, sino mutante, al igual lo son las personas a las que se vincula, como establece Wundt en su Psicología de los pueblos o Volkerpsychologie (1900-1920). 

Por ultimo, ¿cómo analizar, pues, el amor de una forma científica? Habría que observar científicamente la manera en que otros han intentado alcanzar a entender dónde se ubicaba éste -con el afán de Apolo, en el mito-, para dejar el legado del descubrimiento como un obsequio para las corrientes venideras. Concepto que, de nuevo, habrá renacido como incógnita, hasta que se ha tornado laurel desde la perspectiva de sus descubridores. Y, entonces, podrán surgir nuevas teorías para dar cabida a este objeto evolucionado. Pero buscar la Verdad Absoluta es como mirar la cara oculta de la luna: sabemos que está ahí pero no podemos “verla” y, aunque sí podemos teorizar y llevar nuestras teorías al método científico de prueba-error para aproximarnos a la Verdad, comparto la visión de Heráclito, a quien se le atribuye la idea de que, ni aun recorriendo todo camino, llegaríamos a encontrar los límites del alma; que tan profundos logos tiene(7). Puede que Apolo esté predestinado a perseguir a Dafne hasta la eternidad de sus días, aunque ella se torne laurel, él la seguirá esperando bajo su sombra, bajo la oscura e inagotable Verdad que sufrirá -como él- los efectos del tiempo.


“Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole: 'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos llevamos’.” 


en Diels-Kranz, Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56 7 Frase asociada a sus Aforismos. Data de los siglos V y IV aC. 
Fig.2: “Heráclito llorando”, Hendrick fer Brugghen (1628).


------------------------------------------------------------------
1 De todas las pasiones de Descartes, el amor; en sintonía y contraste con el carácter de Apolo, Dios de la mesura, de la razón y del método (...).
2 Frase de Blaise Pascal (1623-1662), coetáneo de Descartes, fue el primero en hablar de las razones del corazón.
3 La Mettrie, J.O.“El hombre máquina” (1747)
4 Disponible en la web: http://www.weblioteca.com.ar/occidental/delmetodo.pdf
5 Kant, I: Metaphysiche Angangrunde der Naturwissenschft, Obras Completas, edición de Rosenkranz, vol. 5, p. 310), citado en http://www.elseminario.com.ar/biblioteca/Wundt_Elementos_Introduccion.pdf
6 J.L. Tizón (1978). Introducción a la epistemología de la psicopatología y de la psiquiatría (pp. 54-99). Barcelona: Ariel.





BIBLIOGRAFÍA REVISADA

Cagigas, A. (2002). “Guía de viaje por una historia de la psicología”, pp. 14-36. Jaén: Del Lunar.
Balltondre, M. (2007). “Introducció a la Psicologia europea de la consciència: orígens i principals desenvolupaments”. Barcelona: FUOC.
Descartes, R. (1637). “Discurso del método”. Espasa-Calpe, Madrid, 1991.
Descartes, R. (1641). “Meditaciones metafísicas”. En Ed. electrónica. ARCIS.
Descartes, R. (1992). “Pasiones del alma”. En “Sahakian”, W. S. (ed.), “Historia de la psicología”, p. 43. México: Trillas. Trad. Francisco González Aramburo (Original de 1650)
F. Tortosa. (1998). “El modelo dominante: la psicología científica de W. Wundt  (1832-1920)”, en “Una Historia de la Psicología moderna” (pp. 98-108). Madrid: Mcgraw-hill.
F.Tortosa. “Historia e historiografía de la Psicología”.
Gondra, J. M.(1997). “Brentano y la psicología del acto”, en “Historia de la Psicología. El nacimiento de la psicología científica”. Madrid: Síntesis.
Gall, F. (1978). “On the functions of the brain and each of its parts”. En R. J.  Herrnstein y E.G. Boring (eds.), “A source book in the history of psychology”. Th.H. 
J.L. Tizón (1978). “Introducción a la epistemología de la psicopatología y de la psiquiatría” (pp. 54-99). Barcelona: Ariel.
Kant, I: “Metaphysiche Angangrunde der Naturwissenschft”, Obras Completas, edición de Rosenkranz, vol. 5, p. 310), en Leahey. “La revolución darwiniana”, en M. Balltondre, “Historia de la Psicología”.
Sáiz, M. (2008). “L’aportació de la filosofia. Els llindars de la psicologia científica”,  pp. 12-18.
Sáiz, M. (coord.), “Història de la Psicologia”. Barcelona: FUOCB.R. Hergenhann.
Wundt. “Objeto de la Psicología Fisiológica”

Documentales visionados: • CEMAV. UNED (2011) “Documental sobre Wilhelm Wundt”, disponible en , enlace revisado el día 4/4/2014, a las 14:30 hrs.
• Filosofía - Educatina. “Heráclito de Efeso”, disponible en , enlace revisado el 4/4/2014, a las 14:35 hrs.
• Sagan, C. “Cosmos, episode 3, Harmony of the Worlds”, disponible en , enlace revisado el 4/4/2014, a las 14:38 hrs.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El 'sujeto escindido' en la teoría psicoanalítica propuesta por Jacques Lacan

Ophélie (Arthur Rimbaud)

FIRMA: "AACC, queja al defensor del pueblo"